¿El Community Manager nace o se hace? ¿Se puede enseñar o se deben tener habilidades innatas? ¿Externo o interno a la organización? ¿Se vende un servicio, un producto, humo o motos?
Estas son algunas de las preguntas que surgen siempre que se nombra la controvertida figura del famoso CM. El problema principal es que se trata de un concepto nuevo que se está definiendo y por tanto ni tenemos una base en que apoyarnos ni suficiente perspectiva para analizarlo. Aun así las cosas están cambiando y, bajo mi punto de vista, a mejor. Nos encontramos en un momento de posible “burbuja 2.0.” y hay muchísima gente que se hace llamar CM y otros que dan cursos o ponencias bajo este concepto. Me parece muy interesante porque creo que estamos viviendo un cambio de paradigma desde el punto de vista científico y, dentro de éste, asistimos a la creación (o integración) de una nueva profesión o al menos de nuevas “habilidades” en palabras de la nueva pedagogía. Y lógicamente una cambio de estas características supone un momento convulso en el que la confusión reina, aumentada por la división entre el mundo profesional y el mundo universitario, ya que los ritmos son distintos.
Pero dentro de esta confusión se empieza a ver algo de luz y se empieza a separar lo que es el negocio puro del corpus universitario. Miles de cursos y seminarios que da todo tipo de profesionales, algunos docentes metidos a hablar de la profesión de CM que nunca han ejercido, otros profesionales metidos a docentes sin tener ni idea de metodologías docentes y además algunos fantasmas y otros aspirante a especuladores o ladrones de poca monta. ¿Cómo diferenciar a todos ellos y tomarnos esto en serio?. En mi opinión siguiendo los criterios de la ciencia moderna que nos ha permitido avanzar como sociedad: observando, analizando, generando hipótesis, investigando, probando, evaluando y, sobre todo, sometiendo a crítica. Y para ello qué mejor sitio que la universidad, el lugar donde se crea la ciencia o al menos se le dota de unos criterios y, sobre todo, donde se somete a la crítica de la Comunidad Científica que le de validez y que genere unos aspectos homogéneos en los que basarnos.
Todo esta reflexión viene a colación de la puesta en marcha de una nueva página web http://cursocommunitymanager.com/, que surge alrededor del Curso #CMUA (Curso de Experto Universitario en Redes Sociales de la Universitat d’Alacant). Se trata de una magnífica iniciativa que, para mi, es un ejemplo de cómo hacer un trabajo con la seriedad que requiere: primero surgió una necesidad en que la Universitat formara a profesionales en este ámbito y se creó un curso de Comunitty Manager de la Universitat d’Alacant, después este curso se amplió estableciendo tres niveles de conocimiento, posteriormente se ha descentralizado en otros municipios y por último se ha creado un curso online para extenderlo fuera de nuestras fronteras o bien para gente que no puede (o no quiere) desplazarse.
Además de ello resulta que los profesores son en su mayoría profesionales de los distintos aspectos que se explican, por lo que los alumnos/as se aseguran que van a aprender cómo se está gestando esta profesión. Me parece una magnífica iniciativa porque ha ido poco a poco, sin buscar dinero fácil, sin generar falsas expectativas, evaluando cada paso para intentar mejorar. Y todo ello se nota en los alumnos, en la forma en que han vivido los cursos, en la comunidad que se ha gestado alrededor de éstos, en la pasión que desprenden sus comentarios y la seriedad de sus razonamientos…y eso no quiere decir que salgan CM del curso, no existe aún como profesión consolidada, pero saldrá gente preparada para adaptarse a las necesidades de gestionar nuevas comunidades online y sobre todo tienen el suficiente criterio como para saber incorporar lo aprehendido en el curso en su futuro desarrollo profesional.
¿Se puede enseñar a ser Community Manager? Pues claro que sí, se puede enseñar con el ejemplo, porque, sin darse cuenta (o si) los hermanos Carrión (Oscar Carrión y Noel Carrión) crearon un nombre: #CMUA, y una pequeña comunidad de alumnos alrededor de este hastag que representa al curso en sí, el año siguiente supieron ampliar equipo junto a Altea Ortiz, pero también ampliaron alumnos y profesores, empezaron a generar conocimiento y conversación, un valor añadido, un curso vivo que no depende ya de ellos sino de sus usuarios, que cada día son más, un ejemplo de cómo generar una comunidad online alrededor de un proyecto común alimentado por el esfuerzo y el interés de todos y el resultado es la demostración de que no sólo se puede enseñar a ser CM sino que se debe enseñar. Herramientas y metodologías para un nuevo escenario en la red de redes, una nueva generación a la que ya no se le preguntará qué es sino qué sabe hacer y que, posiblemente, pueda decir aquello que nos enseñaban en una de tantas reformas educativas: Aprender a aprender.
P.D.: gracias por dejarme participar de este proyecto colectivo en el que, en ocasiones, aún se sueña despierto.