I AM AN ACTIVIST

Con una frase parecida (substitúyase el original Anarchist por un Activist) los Sex Pistols revolucionaron la música rock cuando todo parecía inventado. Su disco se llamaba Never Mind the Bollocks (No me toques las pelotas) y supuso un icono de la música Punk. Este movimiento no fue sólo musical, fue un movimiento social que sacudió las bases de una sociedad tan puritana y ultraconservadora como fue la Inglaterra de los años 80.

Hace unos meses nació Mindproject, una consultora estratégica que irrumpió en el mercado turístico con una imagen arrolladora, una estética postmoderna y un discurso que retomaba aquellas proclamas de la ingenua clase obrera de principios de siglo pasado. Revolución, trabajadores, activistas…son los tags que rodean a este movimiento y que hablaban con altavoces a la red desde una página web que hacía de cuerpo, estático, de estructura, informativo; y un blog que nacía como algo dinámico, funcional, colaborativo; dos elementos de comunicación complementarios para un discurso muy claro.

Lo que propugna Mindproject se parece mucho a lo que vomitaba Sid Vicius en sus conciertos ante el micrófono, más refinado, pero con un mismo mensaje: dinamitar desde dentro las entrañas de un sector caduco, conservador, paralizador, podrido y en ocasiones corrupto…los Pistols nos enseñaron que no hacía falta ser un virtuoso para expresarse, que no era sólo música sino un movimiento que superaba lo artístico y se convertía en social y cultural, que el público iba a ser su prescriptor…y que todo respondía a un cabreo generacional. Nos encontramos ante un sector turístico caduco, conservador, paralizador, podrido y en ocasiones corrupto y hemos cambiado las guitarras por los blogs, los conciertos por las redes sociales, los micrófonos por los altavoces, no hace falta ser un virtuoso para expresarse en la red y, como dijo Alfonso Castellano parafraseando a Tom Peters en un antecedente de la filosofía Mindproject “Sí, estamos cabreados”.

Y lo mejor de todo es que nunca me gustaron los Sex Pistols, eran más románticos los Clash, más combativos, tenían causas y cultura y quince años después llego Nirvana uniendo a los Beatles con los Pistols en el movimiento Grunge: la melodía y el ruido, el amor y la muerte, la sonrisa y el llanto, el yin y el yan…me propusieron ser Activist gracias a ese equilibrio que nos da la vida entre casualidad y causalidad, lo busqué y se me apareció.

Estoy enormemente agradecido a Alfonso por confiar en mí y a mis compañeros workers y activist por la acogida pero he de decir que no me siento especial sino más bien siento que la gente que me rodea es especial, siento que soy un privilegiado porque voy a aprender mucho y sobre todo siento que me reconcilio con la raza humana, que vuelvo a creer en las personas y en que, la unión desde la pasión por hacer cosas, por el cambio, por la innovación, crea un sistema que es mucho más que la mera suma de sus individuos y creo que esa es la base de la verdadera transformación.

Para mí el activismo es un compromiso, primero conmigo mismo, después con mis compañeros y por último con la sociedad.  Es un compromiso y es una necesidad vital de creer que la innovación es lo que mueve el mundo, que el cambio no sólo es posible sino necesario y que, como dijo Neil Young en su homenaje al punk “Es mejor quemarse que oxidarse” (Rust Never Sleeps).

Gracias por dejarme participar. Cuando mis hijos crezcan les diré orgulloso que su padre participó en una revolución con el sueño de dejarles un mundo mejor.

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