Tsunami 2.0.
El título de este post puede parecer tópico pero responde a la realidad del mismo: se trata de una idea que ha aparecido en diversos encuentros por diversos profesionales y que giran en torno a una sencilla pero no por ello menos contundente metáfora. Por ello se habla de 2.0., porque en realidad tan sólo estoy plasmando ideas de otros en un post para compartirlo en la globosfera igual que otros la han compartido conmigo entre cafés, el último entre Santos (Nego servicios), Rafa Mesa (Mind Project Activist) y Juan Carlos Sanjuán (Olympia Hotel).
El planeta Tierra está conformado por placas tectónicas que se mueven lentamente, silenciosamente, desplazando los continentes en un movimiento de acercamiento de los continentes, avanzando a la antigua Pangea. Cuando se produce un terremoto en el interior de la Tierra éste asciende hasta la superficie hasta generar un cataclismo sobre las sociedades humanas, que de forma poco inteligente vive en los espacios más vulnerables a los riesgos naturales. Si éste se produce en el mar lo que ocurre es que se produce una ola gigante llamada Tsunami que avanza hacia las zonas costeras con una fuerza destructiva como sólo la naturaleza sabe expresarse.
Pues bien, en estos momentos nos encontramos a la espera del Tsumani: un terremoto llamado Internet surgió hace unos años de las profundidades del océano de la humanidad y provocó un Tsumani que se acerca hacia nuestra costa estable y soleada. La gran ola fue avisada por algunos y los que tienen buena vista ya la ven en el horizonte pero hay mucha gente que no la ve porque no quiere verla, porque es mejor obviarla que confrontar la dura realidad.
El Tsunami ya está aquí y sólo hay dos formas de actuar: o nos tiramos contra él con una tabla de surf y nos subimos a la ola o nos esperamos a ver cómo cae sobre nuestras cabezas. La tabla de surf es una herramienta pequeña, manejable, flexible y rápida y no se enfrenta a la ola, sino que se adapta a ella. Pero para saber manejarla hay que aprender a usarla, es cuestión de esfuerzo, tiempo, paciencia y saber rodearnos de especialistas de quien aprender. Si sabemos surfear podremos incluso disfrutar esta gran ola y desde arriba las cosas se ven con perspectiva. Si no sabemos deberemos buscar a profesionales que nos ayuden a formarnos para subir a la ola. Todo depende de nosotros, de tomar una decisión, de mirar a los ojos a esta fuerza de la naturaleza, porque una no decisión en este momento es la peor de las decisiones.
El secreto está en escuchar de fondo la música de The Doors mientras caminamos hacia la ola y recordar que “Cuando las puertas de la percepción se abran todo aparecerá ante nosotros tal y como realmente es”, abrir la mente y los sentidos, cambiar nuestra forma de percibir las cosas y, sobre todo, saber adaptarnos al cambio, en todo momento, ola a ola, sin miedo.
Hola Gerson. Muy buena comparativa… y aún diría mas: la ola no es solo internet, si no la gente que se dedica a lo que tu y que se mueve, innova, revoluciona, trabaja… lo que hace que tengas que darle cera a tu tabla hasta obtener la forma adecuada para llegar a sortear ese tsunami 2.0. Una vez lo hayas superado, hay que seguir dando cera, porque vendra el 3.0, el 4.0… A veces todo esto suena estresante, pero ¿y lo divertido que es? Salud. Santos
Hola Gersón,
No puedo estar más de acuerdo contigo, pero quería comentar porque tenía pendiente de publicar un post que estaba en la recámara y que ha salido del horno esta mañana. He aprovechado para poner una referencia a tu entrada. 🙂
La cuestión es que esta ola crece cuando se habla de ella… y eso nos puede costar caro, porque al primero que no le salgan las cuentas (aunque sean cuentas equivocadas) nos tachará de estar fabricando una nueva burbuja. Personalmente creo que 2.0 representa una oportunidad real de cambiar el mundo a mejor, de hacerlo más participativo y por lo tanto más flexible para aceptar las opiniones diferentes a la nuestra (sin aspavientos ni radicalismos), para favorecer la transparencia y la honestidad, y para dar relevancia al talento.
Pero claro, esa es mi visión. Aunque sea compartida por muchos, no es demostrable. Cuando finalmente ocurra ya no sabremos si habrá sido orgánicamente o por culpa de la presión que ponemos nosotros mismos…
Muchas gracias por la oportunidad de comentar y un abrazo,
Jaime
Hola:
Gracias a ambos por las aportaciones. De hecho podría unir ambas cuestiones en la respuesta y es muy sencilla: es real, es demostrable, es divertida…no es una burbuja, no son cuentos, no son cosas de frikis, no es una nueva forma de comunicación, es LA COMUNICACIÓN. Como alguien a twitteado esta tarde no son redes sociales son redes universales. De hecho no es tanto una ola como un océano, son gente compartiendo tiempo, compartiendo espacios, compartiendo negocios, compartiendo ocios, es gente como vosotros dos, a quien gracias a Internet he podido conocer y que me aportan valor a cambio de nada, intercambiamos ilusiones, pasiones, proyectos, pensamientos y sueños y encima nos divertimos, Internet no hace falta demostralo, es un hecho, es una revolución tan grande que sólo podremos comprenderla con suficiente perspectiva histórica, en definitiva, para mí, es el último reducto de sueños que nos queda a los seres humanos. Como dijo Ramón Trecet (Dialogos 3): «Buscar la belleza, es la única cosa que vale la pena en este asqueroso mundo». La belleza es conversar,es comunicarse, somos seres sociales, es lo que nos hace humanos…en estos momentos la belleza es Internet y, como todo, ya se estropeará, pero mientras tanto nadie nos puede quitar estos bellos momentos que dan calidez a la fría pantalla de un ordenador. Gracias.
Estimado amigo:
Pienso como tú, el tema ya no hay quien lo pare… O subimos o vayamos comprandonos bombonas de buceo para cuando nos cubra la ola….
Algunos tienen un Spa como laboratorio de pruebas no?jaja