Mas allá de las redes sociales: el teatro de la vida
Hacía mucho tiempo que no iba al teatro. Demasiado. Siempre me gustó pero uno se va dejando llevar y acaba leyendo posts en vez de libros, oyendo canciones con publicidad en Spotify, creyendo que en Twitter hay poesía y en vez de exposiciones de fotografía mira muros de Instagram.
Esta semana he vuelto al teatro, no a un gran teatro con personajes de renombre y escenarios increíbles sino al de verdad, en salas alternativas, con actores de carne y hueso, con un público respetuoso y silencioso que sabe saborear las palabras como si fueran condimentos de un gran banquete.
“La era dels Rew” se titula, de la compañía Woyzeck Teatre. La obra me gustó, un neorrealismo violento con reminiscencias del Tarantino de las primeras películas, con esa mezcla de humor negro, donde una escena de gran tensión se acompaña de un diálogo que puede parecer absurdo pero provoca un choque emocional. Porque al final el teatro es eso, es llevar las emociones de la vida a un escenario, es transmitir, es reir y llorar como bien muestran las máscaras que lo representan.
No voy a desvelar de qué va la obra, aparentemente habla de la situación de los jóvenes hoy en día y el problema de la vivienda, de la especulación inmobiliaria, aparentemente…en realidad habla de las personas y de las emociones y de cómo éstas se mezclan con la realidad y generan estallidos de amor y odio a partes iguales.
Los actores impresionantes, muy jóvenes, muy entregados, con una gran preparación a sus espaldas (se nota) pero sobre todo con amor por lo que hacen, ¿qué los jóvenes de hoy en día no hacen nada? Venga ya, ese el es el típico discurso conservador de toda la vida y aún no lo hemos superado, los jóvenes hacen lo que toca que es rebelarse cada uno a su manera pero si algo no son es vagos, ni lo tienen mejor ni peor que nosotros, sino distinto.
Me sorprendió mucho el público, desde gente muy joven a gente bastante mayor, pero sobre todo me llamó la atención el respeto, el profundo respeto por la obra y por la historia, el silencio en todo momento, hacía tiempo que no disfrutaba tanto de estar con gente, sobre todo acostumbrado al bullicio y ruido de las redes sociales.
La Sala Porta4 es muy sencilla pero no tiene que ser más, está claro que no es solo por los recursos para adornarla sino porque lo que importa es lo que se representa y la comunicación con el público y todo lo demás sobra porque distrae de los verdaderamente importante que es la cultura y el arte como forma de expresión humana.
Pero lo que más me maravilló es conocer a la dramaturga y directora Patty Santos: 26 años, hoy cumple 26 años, ésta es la segunda obra de teatro que escribe y dirige con su propia compañía. Me contaba que el día anterior la gente tuvo que esperar a un segundo pase porque estaba lleno. Y me lo decía con una mirada muy humilde como si esto no fuera con ella. Pues si estimada Patty, es todo tuyo y de tu equipo.
Me contaba su hermana que lo que más admira de ella es su capacidad para luchar por lo que cree y alcanzarlo, en el teatro de Facebook esto se resumiría en un post del tipo “Persigue tus sueños, tu puedes hacerlo”, en la realidad del día a día se llama ovarios. Se llama trabajar en otras cosas para poder hacer lo que realmente te gusta y no sólo eso, sino lo que realmente te llena y necesitas hacer, porque los artistas son así, necesitan expresarse más que respirar.
Además va de negro, pero no de ese negro naif de los “góticos” de hoy en día que se copian de las muñecas y de películas de vampiros, sino del negro de los neorrománticos del siglo XIX, de los existencialistas, de Camus, de Bauhaus y Joy Division, de Mary Shelley…
Gracias por esta obra pero sobre todo por demostrar que hay que tener muy claro el foco, saber lo que único quiere y eso sólo se sabe cuando se mira dentro de uno porque al final la brújula está en el corazón de cada uno, la gente como tú demuestra que hay esperanza y que el teatro es un escenario de expresión que no ha cambiado desde lo griegos aunque estemos cegados por el Ágora de las Redes Sociales.
26 añitos y comiéndose el mundo, ¿le llamamos emprendedora? ¿su compañía es una StartUp?, ¿la productora es una Business Angel? ¿el teatro es su blog? Pues no, es sencillamente una mujer que tiene mucho que contar, que no le gusta la mierda de sociedad que estamos pergeñando y que lo denuncia creando y trabajando muy duro, sin tonterías, sin hastags, sin contemplaciones.
Si estáis en Barcelona no dejéis de ir a verla y si sois de otra ciudad y podéis hacer que vaya hacedlo, ante el teatro y el esperpento de la realidad es preferible quitarse la máscara e ir a ver teatro de verdad.
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