Entrevista para el Máster DELEITE
«Las nuevas tecnologías al servicio del desarrollo territorial: Web 2.0, geomarketing, creatividad, innovación y emprendedurismo. Internet y el territorio en red» es la asignatura que impartiré en el Máster en Desarrollo Local e Innovación Territorial de la Universidad de Alicante el próximo Lunes 27 de octubre.
Me han realizado una entrevista al respecto desde el mismo Máster: “Hay dos herramientas indispensables que todos tenemos: cerebro para reflexionar sobre el desarrollo local y corazón para sentir el territorio” que reproduzco aquí porque considero que aporta información de cómo interpreto el Desarrollo Local y la Innovación territorial.
Hay dos herramientas indispensables que todos tenemos: cerebro para reflexionar sobre el desarrollo local y corazón para sentir el territorio”
¿Cómo pueden ayudar las nuevas tecnologías al desarrollo local?
El territorio es un espacio complejo donde interactúan las personas con el medio ambiente que les rodea, lo que hace que se generen interacciones de todo tipo y numerosos datos en variedad, volumen y velocidad que denominamos “big data”. El análisis de esos datos complejos sólo se pueden realizar mediante el uso de programas específicos que ayudan en la realización de predicciones y por tanto a la toma de decisiones estratégicas.
Por otra parte las nuevas tecnologías permiten que las personas generen contenidos en los espacios locales y los compartan en sus redes sociales, siendo partícipes del desarrollo del territorio y por tanto con capacidad para modificarlo y transformarlo.
En definitiva las nuevas tecnologías permiten conectar a las personas con el territorio y por tanto favorecen el desarrollo, pero es importante resaltar que son simplemente herramientas, lo importante siguen siendo las personas y el uso que hacen de estas.
¿Qué acciones podrían realizarse que no se están llevando a cabo?
Las principales acciones deberían ser formativas, ya que muchas vece se confunde el medio con el fin y las nuevas tecnologías, que son siempre un medio, se tratan como un fin en si misma, por lo que pierden todo su potencial. No es una cuestión de tecnología, eso se soluciona aprendiendo a usar una herramienta, es una cuestión humana y cultural, hay que saber usar dicha herramienta en función de unos objetivos. Por tanto antes de invertir cantidades de dinero “insultantes” en máquinas y aplicaciones de dudosa eficiencia sería mucho más provechoso formar a las personas en las posibilidades que las nuevas tecnologías ofrecen al desarrollo local y, una vez definidos los objetivos, entonces poder invertir en las herramientas más adecuadas que nos ayuden a alcanzar dichos objetivos.
¿Hay alguna herramienta concreta que piensas que es indispensable?
Hay dos herramientas indispensables que todos tenemos: cerebro para reflexionar sobre el desarrollo local y corazón para sentir el territorio. Pero si hablamos de herramientas tecnológicas en estos momentos desde luego es el móvil, aunque éste está evolucionando hacia las tablets, los relojes inteligentes o las gafas de realidad aumentada. En realidad lo que cambia es la forma en que se integra Internet a nuestras vidas pero el fondo sigue siendo el mismo, no hay que centrarse en el elemento tecnológico porque éste cambia continuamente por exigencias del mercado y por la obsolescencia programada.
¿Cómo se defiende lo local en tecnologías que podemos pensar que tienden a la globalización?
Si se me permite contradecir al Director del Máster DELEITE, Antonio Martínez Puche, la máxima de “piensa globalmente y actúa localmente” ha cambiado, a mi me gusta más decir “piensa localmente y actúa globalmente”. Las nuevas tecnologías nos permiten pensar en cómo solucionar los problemas de las personas más cercanas y de nuestro entorno y actuar a través de Internet en un entorno global, de forma que lo local se convierte en el elemento más importante de reflexión y las tecnologías se convierten en la herramienta para la acción global. Y todo ello dentro de un estado de modernidad líquida que definió Bauman, las estructuras locales son más flexibles y tienen más capacidad de adaptarse a los cambios y de generar redes colaborativas tejiendo espacios colaborativos ubicuos, es decir, la colaboración desde lo local en diversos espacios a la vez gracias a la tecnología.
Además las nuevas tecnologías permiten superar el clásico concepto de centralidad geográfica: antes para vender más tenías que estar en el centro de una gran ciudad o en su avenida principal, que es la que tenía el precio del suelo más caro. Hoy en día esa ciudad se llama Google y la calle principal es la primera página de resultados de Google, hay que entender que el medio ha cambiado y los entornos locales deben adaptarse a este nuevo entorno de infinitas posibilidades.
¿Algún ejemplo a nivel local que esté utilizando estas tecnologías y esté obteniendo resultados?
Me gusta siempre poner ejemplos sencillos de pequeños empresarios o espacios locales, si tenemos los millones de Red Bull podemos tirar a una persona de la estratosfera a la Tierra pero esa es una excepción, un patético derroche o una hermosa locura. Me gusta hablar de ayuntamientos como el de Alcalalí, que está desarrollando una presencia en redes sociales muy interesante y aportando información al ciudadano de gran valor, me gusta hablar de la Fábrica de Solfa, un pequeño hotel en la comarca de Matarranya (Teruel) que trabaja el concepto “slow” y “vende” un territorio con alma, el Bar Marvi, un pequeño bar de especialidades gallegas en Valencia que genera cada semana algo distinto que atraiga a la clientela, Viscoform, una empresa de colchones de la Pobla del Duc que habla del poder de los sueños y del cuidado de la espalda, Evadir-te, una empresa dinamizadora del territorio que “vende” experiencias en vez de viajes entre tres territorios donde el turista no tiene fronteras como son Els Ports-Maestrat en Castellón, Matarranya en Teruel y Terres del Ebre en Tarragona. Los resultados de todos ellos se ven directamente en la cuenta de resultados y en su capacidad de adaptarse a un entorno líquido o cambiante antes mencionado.
¿Cómo definirías el geomarketing?
El Geomarketing es una disciplina clásica a caballo entre la geografía y la economía que incide en la variable espacial como forma de promoción y en su análisis para la toma de decisiones. Pero con las entrada de las redes sociales éste se transforma en geomarketing social, no sólo se tiene en cuenta la variable espacial sino las personas que interactúan en el espacio, el dónde cobra más importancia si cabe: dónde está mi empresa, dónde están mis clientes, dónde están mis competidores, dónde están mis futuros clientes, dónde me posiciono en el mercado, etc.
¿Por qué recomendarías este Máster?
Una de las máximas de hoy en día es que hay que ser distinto, no se trata de ser el primero ni el mejor sino de ser diferente. Si hacemos las cosas de la misma forma entonces competimos en un océano rojo, un entorno competitivo muy agresivo donde el precio se convierte en la única forma de ganar cuota de mercado. Este Máster cumple una doble misión: es distinto para lo que es un Máster clásico de universidad y eso lo hace diferente y por tanto compite en valor añadido más que en precio y por otra parte forma a profesionales de forma distinta y por tanto van a tener algo más con lo que competir en el mercado. En ambos casos la clave está en las personas y en la metodología empleada, que une a lo mejor del profesorado universitario, que aportan la base teórica y conceptual, las raíces que ayudan a entender la innovación y el desarrollo local, con lo mejor de los profesionales del mercado, que aportan la base práctica y aplicada, las llaves que permiten entender la innovación y el desarrollo local tal y como funciona el mercado y la sociedad hoy en día.
Este Máster integran perfectamente el mundo universitario y el empresarial como si se tratara de las dos caras de la misma moneda, que es la que simboliza los resultados para un profesional que quiere formarse y especializarse en un entorno cada vez más complejo donde la innovación es la que va a marcar la diferencia.