Teruel, con T de Tamborada
La música forma parte de nosotros, es una manifestación artística, es un negocio, es una tradición ancestral, es una forma de comunicación…y por tanto puede ser un recurso turístico siempre que se sepa mostrar de forma adecuada. Este fin de semana hemos estado en el Socialtrip #sienteTeruel en la “Ruta del Tambor y el Bombo” en el Bajo Aragón y tuvimos la suerte de poder asistir a la tamborada de Urrea de Gaén.
Llegamos con los coches, empezaban a caer las primeras gotas de lluvia y la gente caminaba hacia la plaza del pueblo con sus túnicas y tambores golpeándolos de forma desordenada, a modo de ensayo o calentamiento. Aparcamos los coches y llegamos a la plaza, abarrotada de gente y empezaba a llover más fuerte aunque no suponía ningún inconveniente porque lo importante no era ver sino oír. Nos invitaron a ponernos en medio de la plaza, rodeados de gente, todos con sus baquetas golpeando tambores de diversos tipos y tamaños y nosotros con nuestras herramientas, los móviles y tablets con los que íbamos comunicando nuestras sensaciones a golpe de retweets, fotos y vídeos.
Se aproximaban las 12:30 de la noche, la Rompida de la Hora, y de repente la gente empezó a bajar la voz y a pedir silencio y todos comenzaron a silenciar sus tambores haciendo desaparecer las notas bajo la lluvia. Un sonido marcó el inicio de la tamborada y de repente 600 personas comenzaron a tocar a la vez un mismo ritmo, es muy difícil describir esa sensación: los bombos golpean tan fuerte que su sonido se funde con el latido del corazón y todo es uno, los tambores llevan el ritmo que entra en tu cuerpo y hace vibrar hasta el último poro de tu piel, es como si estuviéramos respirando por los oídos y el oxígeno fueran las notas musicales.
Podría decir que ese momento es un orgasmo musical, un estallido de placer para los oídos que recorre tu cuerpo por dentro y por fuera, éramos los únicos que no teníamos bombos ni tambores pero formábamos parte de un todo. Pero es mucho más, es el resultado de una tradición que hace que los niños desde muy pequeños tengan su instrumento y que en las escuelas formen cuadrillas para tocarlo.
Igualmente no podría describir la sensación que me produjo tener a mi lado a Luis, natural de la zona, que nunca a faltado a una tamborada, quieto, inmóvil, escuchando, disfrutando, en sus ojos humedecidos se reflejaba el ritmo de los tambores, estaba físicamente allí pero en realidad no estaba porque se había fundido con la música y con sus raíces. Puede parecer exagerado pero hay que estar ahí para verlo, pocas veces una persona es tan humana como cuando sus ojos hablan, de hecho se me pone la carne de gallina de recordar ese momento que, casualmente, recogería Ana en uno de sus tweets y estoy seguro de que ella sintió lo mismo y fue inmensamente feliz de ver así a un amigo que tantas veces le habrá contado lo que es para él este evento.
Después la gente siguió tocando y se fue desperdigando por las calles sin para de tocar durante horas y lo más curioso es que cada uno tocaba un ritmo pero había un sentir general, un hilo conductor, y cada vez que alguien tocaba el oído capturaba una melodía por un sitio, luego por otro y por otro, así incesantemente en un concierto colectivo.
Adoro la música, como dijo mi gran amigo Bul “la única cosa en esta vida a la que nunca podría renunciar es la música”. Para mí esta tamborada ha sido mágica, estaba disfrutando tanto e integrándome que no podía pensar en otra cosa, no existían preocupaciones ni dolor, sólo amor de una forma rítmica y cíclica, como si de un blues se tratara, porque para mí este lugar es una especie de Nueva Orleans donde cada habitante tiene un bluesman dentro y una vez al año, en semana santa, cantan un maravilloso gospel de tambores y esos días su música llega al cielo. Gracias por darme esta experiencia, muchas gracias, es algo que nunca olvidaré y todo aquel que haya podido llegar al final de esta crónica le recomiendo que vaya esta Semana Santa porque hay cosas que hay que vivirlas aunque sea una vez en la vida y Teruel, con T de Tamborada, es una de ellas.
Trackbacks y pingbacks
[…] check-ins: ir a los lugares que queramos y hacer check-ings, por ejemplo en el viaje que hice de #sienteTeruel en la semana de antes de Pascua donde fui indicando los sitios que […]
[…] amigo Gersón Beltrán participó en el socialtrip #sienteTeruel y estuvo visitando de la “Ruta del Tambor y el Bombo” en […]
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!